jueves, 25 de junio de 2015





RELATO DE PACHAKÁMAC


PACHAKÁMAC no tiene si no un poder el de sacudir a la tierra.Su nombre no es propiamente pachakámac sino Pachacuyúchic. El atributo fue empleado por los antiguos quechuas para designar el santuario de Pachacuyúchic, a orillas del mar, cerca del Río Rímac.
Un gran levantamiento de pueblos puso en peligro el trono de Túpac Yupanqui. Derrotado el ejército imperial, el inca llamó en su auxilio a todos los wak´as. Entre ellos se encontraban Pachacuyúchic, Pariaqaqa, no pudiendo acudir en persona, envió a su hijo Maqawisa. El monarca habló de la manera como les honraba y pidió su ayuda contra el adversario del cuzco. Los wak´as guardaron silencio. Cuando Túpac Yupanqui les volvió hablar reclamando su respuesta, Pachacuyúchic hablo el primero: "Inca, carne del sol, yo callo por que mi poder sacude a todos, inclusive a tí y al mundo entero. Si entrara yo en acción, no sólo perecerían los enemigos; tú y el propio universo hallarían el mismo fin. Por esto es que guardo silencio". Luego, en medio del silencio de los wak´as, habló Maqawisa: "Inca, sangre del sol, yo marcharé contra tus enemigos, tu quédate tranquilo en tu tienda. Yo los derrotaré en poco tiempo". Al hablar Maqawisa exhalaba un aliento semejante al humo tenue vencidos. En agradecimiento, el Inca le ofreció muchos manjares; el wak´a sólo le aceptó corales. También le fueron ofrecidas unas princesas; pero tampoco quiso él aceptarlas.

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