RELATO DE PACHAKÁMAC
PACHAKÁMAC no tiene si no
un poder el de sacudir a la tierra.Su nombre no es
propiamente pachakámac sino Pachacuyúchic. El atributo fue empleado por los
antiguos quechuas para designar el santuario de Pachacuyúchic, a orillas del
mar, cerca del Río Rímac.
Un gran levantamiento de
pueblos puso en peligro el trono de Túpac Yupanqui. Derrotado el ejército
imperial, el inca llamó en su auxilio a todos los wak´as. Entre ellos se
encontraban Pachacuyúchic, Pariaqaqa, no pudiendo acudir en persona, envió a su
hijo Maqawisa. El monarca habló de la manera como les honraba y pidió su ayuda
contra el adversario del cuzco. Los wak´as guardaron silencio. Cuando Túpac
Yupanqui les volvió hablar reclamando su respuesta, Pachacuyúchic hablo el
primero: "Inca, carne del sol, yo callo por que mi poder sacude a todos,
inclusive a tí y al mundo entero. Si entrara yo en acción, no
sólo perecerían los enemigos; tú y el propio universo hallarían el
mismo fin. Por esto es que guardo silencio". Luego, en medio del silencio
de los wak´as, habló Maqawisa: "Inca, sangre del sol, yo marcharé contra
tus enemigos, tu quédate tranquilo en tu tienda. Yo los derrotaré en poco
tiempo". Al hablar Maqawisa exhalaba un aliento semejante al humo tenue
vencidos. En agradecimiento, el Inca le ofreció muchos manjares; el wak´a sólo
le aceptó corales. También le fueron ofrecidas unas princesas; pero tampoco
quiso él aceptarlas.
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